Banco Mundial: fin de la bonanza no implica un aumento de la pobreza
(Documento).- El Banco Mundial emitió un comunicado referido a las Perspectivas Económicas de la región, en el
marco de las reuniones anuales que tendrán lugar en días siguientes en
Washington. Señaló que el fin de la bonanza económica no implicará un aumento de la pobreza.
A continuación difundimos el comunicado de prensa del BM:
Banco
Mundial: Esta vez, fin de la bonanza no implica un
aumento de la pobreza en América Latina
· - Crecimiento regional en 1,2 por ciento este
año, repuntando a 2,2 por ciento en 2015
· - Promedio para toda la región subestima el
crecimiento en muchos países más pequeños
· - Empleo y educación de calidad para todos,
clave para mantener las conquistas sociales
WASHINGTON,
7 de octubre, 2014 – Durante la reciente bonanza de materias
primas, la región de América Latina y el Caribe demostró que el crecimiento
podría favorecer a los pobres y estimular un enorme progreso social. Ahora, con
la desaceleración en esta y otras regiones, es fundamental tener en cuenta lo
que va a impulsar el crecimiento asegurando que los pobres no queden atrás.
En su último informe semestral, Desigualdad en una América Latina con menor crecimiento, la Oficina
del Economista Jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial pronostica
una tasa de 1,2 por ciento promedio de crecimiento para el 2014 con un repunte
de 2.2 por ciento en 2015. Pero esta desaceleración viene con una diferencia.
"En
términos de equidad, el simple hecho de que América Latina hoy no es la América
Latina de los años 80 o 90, ya es una buena noticia",
dijo Augusto de la Torre, economista
jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. "Por primera vez en la historia
reciente, la región ya no está siguiendo un ciclo de bonanzas y crisis del tipo
que acostumbraba a generar un retroceso económico de muchos años, perjudicando
especialmente a los pobres".
El informe, publicado antes de las reuniones anuales
del Grupo del Banco Mundial y el FMI, descubre una gran heterogeneidad dentro
de la región. Panamá es líder con un impresionante crecimiento de 6,6 por
ciento para este año y se espera que Bolivia, Colombia, Ecuador,
Guyana, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Surinam crezcan
más de un 4 por ciento, muy por encima del promedio regional. Mientras tanto
las grandes economías como Venezuela y Argentina van a terreno negativo, con
-2,9 y -1,5 por ciento, respectivamente, y el gigante regional, Brasil, se
espera crezca sólo un 0,5 por ciento.
Con este nivel de crecimiento, los países podrían
tener dificultades para mantener las conquistas sociales de la última década.
Durante esos años de oro, la región logró reducir la pobreza extrema a la mitad
a el 12 por ciento en 2012, y duplicar las filas de la clase media a un 34 por
ciento de la población en 2012. Ese año, el índice de Gini de desigualdad de
los ingresos fue siete puntos más bajo que en 2003, debido en gran parte a una
reducción de la brecha salarial en la región.
Ahora en un entorno de crecimiento más estable, si
bien más lento, es comprensible que los gobiernos de la región quieran concentrarse
en mantener los niveles de empleo que contribuyeron a esas ganancias y así satisfacer
con las expectativas elevadas durante la bonanza. Algunos países de la región
tendrán a su disposición el tipo de herramientas - como la política monetaria
contra cíclica con tipos de cambio flexibles, así como un amplio espacio para endeudarse
- que le ayudarán a mantener puestos de trabajo sin comprometer la prioridad a
largo plazo de aumentar la productividad necesaria para crecer más.
"Otros
países, sin embargo, con altos niveles de endeudamiento o con presiones
inflacionarias a pesar de la desaceleración, pueden tener más dificultades para
responder", dijo de la Torre. "La
tentación para estos países será tomar el camino de menor resistencia,
manteniendo el consumo agregado y el gasto público alto y endeudarse para
financiar los déficit fiscales y externos generados. Este camino podría ser
alentado por los mercados internacionales de alta liquidez que buscan mayores
rendimientos. Las ganancias a corto plazo, sin embargo, podrían llevar a un
alto costo: un crecimiento a largo plazo más bajo debido a un balanza de pagos
más vulnerable o un tipo de cambio real no competitivo".
Para mantener la senda de crecimiento pro-pobre de
la última década, las reformas orientadas a la productividad deben
complementarse con políticas que incrementen la calidad y cobertura de la
educación en consonancia con la creciente demanda de mano de obra calificada.
Así, el informe concluye que los avances en la calidad de la educación
primaria, secundaria y terciaria que beneficien a todos los latinoamericanos
serán cruciales para asegurar que los dividendos de las ganancias de
productividad se distribuyan equitativamente para que la prosperidad sea
verdaderamente compartida.
Banco Mundial (Foto internet)
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