145 adolescentes y niños trabajan en el Cerro Rico en condiciones de vulnerabilidad y alto riesgo
(Documento).- Un estudio realizado por la Defensoría del Pueblo, en los
meses de junio y julio de este año, identificó la presencia de 145 niños y
adolescentes que trabajan en el Cerro Rico, aunque estima que este número es
superior debido a que en algunos casos los menores aumentan su edad. De esta
cifra, el 91% son adolescentes de entre 15 y 17 años que trabajan en interior
mina; un 6% está entre 8 y 12 años y un 3% entre 13 y 14 años que realizan
trabajos en la parte externa.
En informe
denominado “Estado de situación de
niños, niñas y adolescentes que viven en el Cerro Rico y trabajan en la
actividad minera” fue presentado este lunes por el Defensor del Pueblo. Rolando
Villena, y señala que adolescentes
de entre 16 y 17 años, son atraídos por una “buena paga” en la actividad minera
en el Cerro Rico, donde perciben entre 1.200 y 3.400 bolivianos mensuales
por cuatro horas diarias de trabajo, a
cambio ponen en riesgo su vida, abandonan la escuela y se les vulneran sus derechos laborales y de
salud, principalmente.
El estudio, que contó
con el apoyo de la organización Tierra de Hombres-Holanda y se realizó en
cuatro sectores del Cerro Rico: Robertito, La Plata, Caracoles y Pailaviri,
donde se entrevistó a adolescentes, niñas y niños, además de familiares,
profesores y autoridades, muestra además, que otros 280 niños, niñas y adolescentes viven junto a
sus madres que trabajan 24 horas al día en las bocaminas como “guardas” o
“serenas” dependientes de las cooperativas mineras, en viviendas precarias, sin
servicios básicos ni condiciones de seguridad y apoyan en la labor que ellas
realizan sin recibir ningún pago.
El Defensor
Villena que se trasladó a esa ciudad para presentar el informe a las
autoridades, medios de comunicación y dirigentes, se reunió previamente en el
Cerro Rico con adolescentes trabajadores y sus familias y señaló que “la
remuneración que reciben por su esfuerzo, ha llevado a que abandonen la
escuela, a trabajar sin un contrato laboral, a no exigir seguro de salud y,
fundamentalmente, a poner en riesgo su vida ya que ingresan a interior mina sin
el equipo de seguridad necesario”
Asimismo dijo que existe desatención por parte de las
instituciones del Estado, que en lugar de proteger, resguardar y garantizar su
bienestar en las actividades mineras, muestra permisividad y falta de control
sobre las cooperativas que entre sus prioridades no está el garantizarles
seguridad, protección y cuidado. “Los
resultados de esta investigación serán enviados a las autoridades respectivas
con las recomendaciones y las exigencias para que se cumpla lo que manda la ley
y la Constitución”, indicó
La autoridad indicó
además que “La Defensoría del Pueblo está cumpliendo con su trabajo de
visibilizar y denunciar el estado de los derechos de la niñez y adolescencia y
este estudio es una guía muy importante para comprender la naturaleza y
dimensión del problema; ahora demandamos de las instituciones nacionales y
locales que se lo enfrente desde una mirada honesta, decidida y efectiva; con
la participación de los actores y recurriendo a mecanismos progresivos pero
sostenidos, que puedan en primera instancia, asegurar que se garanticen los
derechos humanos de los adolescentes que hoy se ven en la obligación de
trabajar en la actividad minera”.
La Representante Defensorial de Potosí, Jackelin Alarcón,
a tiempo de presentar los resultados, indicó que el 95.2% de los adolescentes
no tiene contrato escrito de trabajo y a éstos tampoco les interesa exigir la
firma de un contrato por la expectante remuneración que reciben y prefieren
evitar conflicto con sus empleadores. Casi la totalidad de ellos desconoce sus
derechos laborales y las instancias adonde pueden acudir en caso de
incumplimiento de deberes de la parte empleadora.
En lo que se refiere al acceso a la salud, el 83% de los
145 niños y adolescentes entrevistados, no cuenta con seguro de salud. Cuando se enferman el 62.6 % acude a un
centro de salud pagando por el servicio, el 21.6 % acude a una farmacia y el 15.7 % se cura en casa con remedios
caseros. El inicio a temprana
edad en el trabajo minero y su permanencia disminuye la esperanza de vida
saludable. A esta situación se suma el
riesgo en el que trabajan. El 94% de los adolescentes entrevistados indicó que
trabaja en interior mina sin haber recibido ningún tipo de capacitación sobre
seguridad industrial, lo que junto a su
inexperiencia, los expone a sufrir
accidentes.
Sobre los 280
menores que no trabajan para las cooperativas, pero que apoyan en las labores
que realizan sus madres como “guardas” o “serenas”, 108 son niños, 42
adolescentes mujeres y 42 adolescentes varones. El estudio defensorial evidenció que viven en condiciones
inadecuadas y expuestos a la contaminación minera. Todas y todos asisten a la
escuela y apoyan en la venta de comida,
cerveza y otros artículos a los mineros y no tiene un espacio de recreación.
Preocupa la situación de las adolescentes mujeres que, según información de sus
madres, son acosadas por los trabajadores adultos
Las viviendas en
las que viven con sus madres, que en su mayoría son de adobe con techo de
calamina y piso de tierra, las ocupan en calidad de préstamos de los
empleadores. Este ambiente es utilizado como dormitorio, cocina, comedor y
muchas veces como tienda y como depósito de las herramientas de los mineros,
incluyendo las dinamitas. Cuentan con luz eléctrica pero no con agua potable ni
servicios higiénicos.
Otros datos del estudio
·
El
84.8% de los adolescentes que trabajan en interior mina, percibe semanalmente
entre Bs. 300 a 900 bs, un promedio de
Bs. 2.400 de forma mensual, por un trabajo diario de 4 horas.
·
Los
adolescentes varones trabajan en interior mina, las mujeres lo hacen en el
exterior de la mina.
·
El
64.1% trabaja en la mina de manera eventual y el 35,9 % de manera permanente,
estos últimos se mantienen en la actividad minera porque adquieren responsabilidades
familiares al convivir o casarse y tener hijos a muy temprana edad.
·
Solamente
el 19.3% fue contratado por un socio cooperativista, lo que dificulta la
exigibilidad de sus derechos laborales.
·
El
74.5 % dice que le gustaría trabajar en otros rubros.
·
El
82.6 % de adolescentes no reciben ropa
de trabajo de sus empleadores, solo el 16 %
cuenta con ropa de trabajo cuyo costo es descontado de su salario.
·
El
100% de las familias no cuentan con servicios higiénicos. La disposición de
excretas y basura a campo abierto agudiza
el efecto de contaminación presente por la actividad minera.
·
El
Estado a través de sus instituciones no tiene presencia en el Cerro
por lo que las organizaciones privadas que realizan trabajos en estos
sectores de alguna manera reemplazan la labor del estatal, sin embargo no es
suficiente.
·
Existe
poca fiscalización y control en materia
laboral por parte de la Jefatura Departamental del Trabajo y una ausencia de
las Defensorías de la niñez y adolescencia en cuanto a las condiciones de vida
en el cerro de los niños, niñas y adolescentes que viven junto a sus madres.
·
No
existen Políticas Estatales que regulen el trabajo de los y las adolescentes y
de las mujeres que viven con sus hijos
en el cerro cumpliendo un trabajo de 24 horas al día.
·
La
única presencia estatal identificada en el sector es COMIBOL que realiza un
trabajo de control y supervisión al trabajo de áreas de explotación.
(Fuente de documento: Defensoría del Pueblo)
Trabajadores mineros (Foto Bocamina-Comibol)
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